Qué está pasando con la crisis de los microchips

No los ves, pero los chips de computadora están en el corazón de todos los productos digitales que nos rodean. Y cuando los suministros se agotan las fábricas detienen su producción afectando a diversos sectores.

El año pasado, ya hubo ciertas señales que nos avisaron del problema; cuando los jugadores de videojuegos pelearon por comprar nuevas tarjetas gráficas, Apple tuvo que escalonar el lanzamiento de su iPhone y las últimas consolas Xbox y PlayStation no pudieron dar a basto con la demanda.

Luego, justo antes de las Navidades pasadas, la industria de la automoción comenzó a verse afectada por esta crisis que se prolonga hasta el día de hoy.

Placa con microchips

Primero: ¿Qué son los microchips?

Empecemos por la base para entender esta situación, ¿Qué son estos microchips? Sencillamente se trata de pequeñas estructuras compuestas de un material semiconductor, habitualmente silicio, necesarias en prácticamente todos los equipos electrónicos de los que disponemos.

Por lo tanto, una situación de escasez de estos componentes puede provocar problemas en diversas industrias, tal y como está pasando en la actualidad.

Esta crisis en el suministro de microchips ¿se debe en exclusiva a la pandemia?

A priori puede parecer un problema puntual debido a la crisis sanitaria, pues esta escasez de microchips comenzó con el inicio del COVID-19. No es casualidad: Con las primeras restricciones y confinamientos, se produjo un exponencial aumento de la demanda en microchips por todo el mundo. Tanto las personas como las empresas tuvieron que adaptarse a una nueva situación. Por un lado, la mayoría de las empresas tuvieron que adaptarse al teletrabajo, lo que implicaba el uso de equipos portátiles. Por otro lado, y motivados por el confinamiento, aumentó la demanda de tablets, consolas y otros dispositivos electrónicos que ofrecieran una forma de entretenimiento en casa.

Pero la crisis ya existía antes de la pandemia, pues se trata de un problema estructural. Te lo contamos ya en nuestro blog, la demanda de materias primas está aumentando exponencialmente. Cada vez somos más habitantes en el planeta. Además, tanto las nuevas tecnologías digitales como las energías renovables precisan de un elevado número de diversos elementos escasos en la naturaleza.  Es decir, la crisis de las microchips es un pequeño punto de un gran dibujo de lo que probablemente nos depara el futuro. ¿Estamos entrando en la era de la escasez? Puede ser, el mundo no tiene recursos suficientes para todos si continuamos así.

Las causas son diversas

Otro de los motivos que han contribuido a la crisis actual y que debemos de tener en cuenta para entender la situación, es la reducción del número de fábricas encargadas dedicadas a la producción de semiconductores. Antes de la pandemia esto ya suponía un grave problema, pero como en muchos casos, el COVID-19 ha hecho que esta situación se agrave rápidamente.

Repercusiones de la escasez de chips

Debido a la alta demanda de microchips semiconductores, se han producido 2 principales consecuencias:

Escasez de componentes para cubrir la demanda

Este impacto provoca retrasos en la fabricación y montaje de componentes electrónicos, haciendo que, al mismo tiempo, haya una importante falta de stock de los productos que más dependen de estos componentes; consolas, automóviles o tarjetas gráficas.

Subida precios de los microchips disponibles

En consecuencia, aumenta el precio de los productos finales. Además, ha provocado que para muchas empresas sea más difícil continuar con el ritmo de producción previo a la pandemia.

Línea de producción de vehículos

¿Existen soluciones para esta crisis?

Por un lado, la falta de aprovisionamiento no va a resolverse en un futuro cercano. Hay escasez de capacidad productiva para toda la demanda existente.

Se trata de un problema a escala global que está poniendo contra las cuerdas al sector de la automoción (entre otros) y se buscan soluciones. Las empresas han entendido que son vulnerables y deben diversificar sus proveedores y asegurar que las cadenas de suministro no se rompan. Se están creando nuevas fábricas de microchips y poco a poco se normalizará la producción, aunque probablemente se alargue el problema al próximo año.

Dicho esto, si la tendencia es hacia el internet de las cosas y que todos los objetos sean inteligentes, probablemente los cuellos de botella que se están dando ahora sean el pan nuestro de cada día.

Lo que dicen los expertos

¿Hasta qué punto haber mantenido más capacidad industrial hubiera evitado esta crisis?

Esto es lo que dicen los expertos:

Alicia Valero es Ingeniera química e investigadora en el Circe, instituto que lleva dos décadas analizando la escasez de las materias primas y que venía advirtiendo desde hace tiempo sobre la crisis de suministro que está golpeando a la industria europea (y que parece lejos de remitir). La solución, confiesa Valero, no es fácil y pasa por invertir en economía circular y dejar de ser una sociedad del ‘usar y tirar’. En el diario HERALDO declaró que “La economía circular es fundamental. Los productos deben estar diseñados para que puedan reciclarse. En este sentido, seguimos muy atrasados, porque prácticamente la totalidad de los elementos preciados y críticos acaban perdiéndose por ser su recuperación costosísima.

Es esencial, en Europa importamos casi todos los recursos esenciales para las nuevas tecnologías y exportamos nuestros desechos. Estos desperdicios son un recurso esencial a explotar, ya que si no, seremos aún más vulnerables. Pero en España y prácticamente en Europa no existen plantas que recuperen metales críticos de microchips, por ejemplo.

¿Qué significa esto? Hay mucho camino que recorrer en la investigación de la recuperación en este sentido. Pero como apunta Alicia Valero, la primera medida a adoptar es la de reducir drásticamente el consumo. Vivimos en un planeta finito de materias primas que tampoco es ningún vertedero de residuos. Es necesario repensar las bases sobre las que se asienta nuestra economía para generar un cambio significativo.

Expertos de todo el país están pendientes de esta crisis.  «Aguantar se aguanta. La industria no va cerrar, pero al final lo repercutirá en precios, porque esta situación puede durar todo 2022», reconoció Javier Ferrer, presidente de la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza y vicepresidente de Cepyme Aragón.

En este contexto, y para tratar de cubrir la demanda, la UE quiere tener en 2030 un 20% de la fabricación de semiconductores localizada en Europa y destinará 800 millones de euros para atraer a proveedores asiáticos o norteamericanos y que instalen nuevas fábricas en el Viejo Continente.

Parecemos estar ante la punta del iceberg de la crisis de los microchips. Los motivos son diversos; la alta demanda, los recursos limitados, intereses geopolíticos y la pandemia. La industria y Europa buscan soluciones pero habrá que seguir de cerca el día a día de esta situación.

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